El poder de la aceptación II




 Iba bien, sí. Y luego no.

Durante el relajo de ese conflicto ya "terminado" resulta y acontece que mi mejor amigo había empeorado mi situación con ese pedazo de canela, pues de forma mágica se habían vuelto confidentes uno del otro. Y bueno, eso me llevó a una depresión algo patética, quién iba a pensar que uno de mis más allegados haría algo así. Probablemente confié mucho. De pronto ya no tenía 2 amigos, sino uno. Pero él era ese típico que aparece cuando te va como la mierda, y te apoya solo hasta que te sientas mejor.

Me había relacionado con una tipa que veía cada día pero a la que ni siquiera le dirigía la mirada. Se volvió en pocos días alguien muy valioso. Error.

Descubrí que también tenía problemas con esa chica, de la cual hablaba todos los días de lo hdp que podía llegar a ser, y todos sus errores y que rogaba porque todo el mundo la adorara. Bueno, nunca llegué a decirle nada que tuviera que ver con ella, yo solo estaba allí porque buscaba algo con el confidente del pedazo de canela quemado. 

Hubo ocasiones varias en las que tuvimos que convivir todo el tiempo debajo de un mismo techo. La tensión entre los dos bandos era catastrófico, a nadie se le pasó por la cabeza la palabra "dialogar" en esos tiempos oscuros. Fue uno de esos días en el que la chica con la hablaba, decidió enfrentarse a el pedazo de canela enfrente de su confidente. Yo, solo observé el fantástico espectáculo. Sus discusiones eran la cosa mas estúpida en el universo, se peleaban por el confidente que observaba todo metido entre ellas dos. 

"Solo te gusta llamar la atención, pero no eres ni la mitad de lo que aparentas".

Auch. ese comentario le dió en toa la cara. Si, desde luego el pedazo de canela, lo quiso hablar de forma más seria con ella a solas. Eso fue un problema más grande.


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