Apoyo incodicional.

Cuantas veces no has querido llorar en el hombro de alguien, reventar a puños con una pared, o reprimir los sentimientos hasta volverte de piedra. ¿Cómo se le ayuda a alguien que se siente tan triste?, a veces puedes preguntártelo.

Cachito de queso era característico por sus pendejadas, y porque siempre estaba buscando una novia, su vida se basaba en videojuegos y tener una gótica culona como esposa. Re simp. Pero bueno, yo lo apoyaba todo el tiempo, sabía que necesitaba apoyo sin importar lo que fuera, por más pendejo que se viera. Su madre nunca estaba, y su padre vivía en el campo, por lo que estaba siempre solo en casa. Era tímido y gran parte de él se basaba en inseguridades, aunque era destacable en el deporte, de un  momento a otro, estaba sufriendo de depresión. Decaía todo el tiempo, pero por qué, no había motivos para sentirse así, le decían, incluida yo. También había pasado por esa etapa de querer ser aceptado, pero eso luego lo abrumó. Los textos como biblias se volvieron un hábito, sus llantos en las quedadas se escuchaban más por las calles, y ya luego ni salía. Yo todavía estaba esperando a el cachito de queso de siempre.

Está bien, un abrazo. Está bien, mejorarás. Saldremos de esto. Estaré contigo. Me había subido en una montaña rusa con él, una que tenía picos extremadamente altos y llenos de felicidad, y unas bajadas de completa mierda, unas en las que igual tenías que tomar un remo contigo para avanzar en el carrito. Lo sacaba, subíamos de nuevo, pero luego volvía a lo mismo, ya era evidente que necesitaba un psicólogo. 

Pero...no pudo ayudarle alguien más. 

Estar en frente del ataúd de tu mejor amigo es...una sensación indescriptible y desgarradora. No lo ibas a ver al día siguiente, eso no era una actuación de cine, eso no era una escena de telenovela, era real. Su madre lo sabía desde luego, ni siquiera tomaba aire para calmarse de sus grandes llantos de sufrimiento.

Yo también hubiera llorado toda su velación, pero no fue así. Al menos se la pasó conmigo, había hecho lo que podía, estaba satisfecha con eso, por poco que pareciese, y sabía perfectamente que él estaba agradecido por eso. 

Apoyar a personas en sus peores momentos influirá en ellos de una u otra forma, al menos una palmadita en la espalda y tu presencia silenciosa a su lado les ayudará a saber que no están solos, en cualquiera de los casos y en diferentes situaciones. 

Comentarios

Entradas populares